BODAS HECHAS A FUEGO LENTO
Cercanía y dedicación
Mi nombre es Mónica y soy la cara visible del equipo junto con Thais, y nuestra videógrafa Laura. Juntas llevamos más siete años dedicadas con pasión a las bodas.
Durante más de 10 años trabajé como periodista en medios de comunicación. Me apasionaba la fotografía documental y el estrés de las noticias, hasta que nacieron mis hijos. Tuve que parar de golpe para pensar en mi familia y dedicarle todo mi tiempo. No fue un punto y aparte, sino una transición. Ahora enfoco la fotografía desde un punto de vista más relajado y reflexivo. No me gustan las prisas, prefiero cocinar las bodas a fuego lento, desde la proximidad y la cercanía.
Hago fotos para buscar las emociones y los momentos irrepetibles. En cada rincón fluye una escena, y hay que captarla desde el punto de vista compositivo y técnico, creando así el relato final de la boda.
Somos apasionados de nuestros hijos, corremos por la arena de la playa con los pies llenos de agua y sal. Sabor a mar, caminar por la montaña y hacer un ramo de flores; viajar y encontrar lo inesperado; jugar a hacer pompas de jabón, a pasear y fotografiar rincones de luz, buscar un reflejo o una sombra, buscar la poesía en las imágenes. Fotografiar lo que más queremos para crear recuerdos.
Nuestro objetivo es captar ese feeling que sentís en el mejor día de vuestras vidas
Buscamos la poesía y la sutileza, los matices y los detalles.